" La idea que anima el arte es la destrucción, pero qué hacer si habitamos un cuerpo destruido: terrible paradoja. Un escritor que balbucea después de beberse una botella es una vergüenza para todos los que presencian su caída. Puede armar camorra o insultar a su propia madre, pero no arrastrar la lengua como caracol en el paladar. Es una cuestión de elegancia. Un borracho sin elegancia es una de las peores calamidades con las que se encuentra uno a lo largo de la vida."
Guillermo Fadanelli
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