Cuando en Veracruz hace frío pocas miradas salvan. Vas a los paraderos de camiones y nadie le pregunta al otro: ¿qué tienes? Eso es esta ciudad de cuerpo amotinado, con corazón de ferrocarril, automóviles y barcos. Cuatro veces heroica por el azar y el coraje. Vanidosa y profunda como una soledad mal ocupada, con cuerpos perdidos en la tolvanera que levantan los vientos del norte, en tanto a las antiguas ex reinas del Carnaval se las come el olvido y las polillas.
que fuerte!
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