2.28.2006

En Profundo tono de azul: Esos rostros son cartones viejos entre los escombros; de que sirve tanta ciudad, tanto edificio, tanta marihuana en las reuniones, con todos hablando sobre el significado de la cultura, de la revolución, ¿ A quién de ellos le crecen duendes de los dedos para tocarte cuando ya no este? ¿Quienes de ellos van descalzos con los pies mojados llevando entre sus puños la lágrima de un niño hambriento que no alcanzó arroz? Habría que dormir bajo el asfalto, escudriñarle el acero a Manhattan completa. Intentar en la otra vida ser algo más que un poeta, un músico, un psicólogo, un obrero. Te lo digo ahora que no tengo corazón y mis botas tienen lodo, y mis bolsillos están vacíos y no pido permiso al polvo de los coches. Prefiero de la lluvia mojarme por dentro y cerrar las puertas, saber que no bailaras conmigo desnuda en la habitación azul y Nueva York cabe en una bolsa de papel.

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