Tienes el convencimiento al poner la cabeza en la almohada de que al mundo se viene a algo. Pero no tienes otra cosa que el cansancio, el dolor de espalda, el entrecejo, los edificios, papel arroz, labios sin pólvora, los cuartos que no se pueden habitar. Paulatinamente muere uno por las noches- Piensas. Y esos que son tus cabellos sueltos llevan un árbol genealógico de calles que están a punto de reventar por tanta raíz venida a menos. Paulatinamente, tan despacio escondes fotos detrás de los espejos, sabes que los espacios se dan como se dan los días, como se ha dado el cuerpo, un poco, como se han pintado de vinil los baños públicos con las palabras amnistía, loor, pared, culo entre las pinzas. Sabes que desnudo las noches son largas exterminables como flores secas.
Tú madre por ejemplo nunca imaginó que recogerías tantas piedras mientras caminabas a casa y en la boca del estomago te alimentabas de los restos de un fósforo, que el estribor con el que te lavas la boca son palabras tiradas al viento. Te pones los zapatos y caminas. Cerca de ti seguramente hay una rueda de la fortuna y mucha gente que ya pagó su pasaje a este mundo por una felicidad doméstica. No fue hace mucho que viste el futuro.
Excelente!
ResponderBorrar