Soy tan anónimo que puedo librarme del peso de existir, dejar que otros lleven letreros sobre mí que dicen montones de cosas falsas, ¿lo que vale es lo que ven? Ellos no ven nada, sólo miran con cuencas y pupilas y pestañas y montones de plástico azul y yo no quiero ser plástico y azul , prefiero asomarme desde una coladera, como una rata de cueva, como un ángel caído y horrible que nunca supo entender que significa la belleza. Deben ser los cielos echados a fuego, tantas veces apretar los labios con una muerte, esperar el golpe de gracia, esa falta de voz, quedar salvado por una sonrisa sin pan, andar las casas arrasadas por la lluvia, los alambres sujetando lo que queda de bueno en la tormenta, mirar a las mujeres cerca de los ríos con los pechos desnudos limpiar con piedras lizas la ropa de sus hijos, el torso marchito de las abuelas hirviendo las verduras, todo lo incierto que es el mundo cuando no hay dios, o familia y se seca la boca. Se seca.
acabo de llegar de San Diego, ando como sin inspiracion, este texto me ha encantado, y las fotos y las chispas, tu siempre echando chispas, vengo de la presentancion de un libro, ya sabes el clasico convivio, los intelectuales, los nuevos narradores, y todo ese rollo que lleva siglos y hace la cultura tan basura de estado, y encontrarme con tu espacio, silencioso, directo es un alivio provocador.
ResponderBorrarBesitos
juaaaa! tú sí sabes de belleza, nomás mirame:P
ResponderBorrarjo! hablando en serio: nomas mirate!