3.22.2008

Hay unas cosas que me pegan, un chispazo de alegría, una mirada larga de una mujer llorando por mi o por él, que pudiera ser yo, tal vez. El grosor de la tristeza también me afecta, me recluye, ya no grito, vuelvo al niño huérfano de algún lugar discutiendo sobre el apego, tal vez es que con la edad todo se agota, hasta el cinismo. ¿Que se puede hacer con el mundo? Contemplarlo o dejarlo a otra mirada?

2 comentarios:

  1. Me gusta que cada vez que llego aquì me consigo con una frase, con una idea, con una sensaciòn de la cual ser copartìcipe y la magia o la sorpresa de reconocerme asintiendo con la cabeza y esbozando una sonrisa que comprende, que te comprende porque me haces comprenderme, invita al suspiro y al alivio al no ser yo la ùnica que voltea la cara para otra mirada o que no sabe què ni còmo.

    Duelen las mitades sobre todo cuando el divisor no es par.

    Saludos,

    OA

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  2. La contemplación y la mirada son la puerta para la comprensión del Otro, según Cerlot.
    Saludos.

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