2.26.2008

Yo cuidaré de tu sueño.

Madre, éste es tú hijo el de los latidos negros, guardándose, cerrando los ciclos que los huracanes trajeron, con las palabras oscuras queriéndose borrar, haciendo con su lengua y las manos que educaste un trabajo duro, un camino de Caín devastado cayendo al desvelo noche a noche. Pidiendo amor a bocanadas, pidiendo el cielo azul que a todas las ciudades les da por abolir. Madre; soy tu hijo el torpe que prefirió quedarse dormido un día, por un amor que lo hizo pedazos y no supo llorar contigo cuando preguntaste, cuando pusiste tu mano al hombro para decirme que no estaba solo con tu gesto de madre. El mismo que se fue de casa para nunca volver; un poco más viejo, más usado por la opaca luz que son los cuerpos que se extinguieron sin mí costilla entre sus labios, porque quizá entendieron a tiempo no me quería salvar. Un poco más parecido a mi padre y sus temores, terriblemente bello como el día que me pariste.

Madre; perdóname por haber vivido la vida a mí manera. Por ser la hierba que crece en donde sea y nadie sabe si es necesaria y la pisan, la cortan, la admiran porque parece que no le duele nada. Perdona tantos sueños de gloria, las casitas del sur sin cristo, ni dios, las campanas del seminario que no volvieron a sonar, el tiempo que tarde en perdonar y entender que te dolían tus ojos, perdóname la errancia, los relámpagos imaginarios que acabaron por dejarte muy sola, las botas llenas de lodo, ese nunca volver, el crecer tan deprisa, la verticalidad para llegar a donde a nadie le interesa ahora llegar.
Madre continúa durmiendo, yo cuidaré de tú sueño hasta que mueras. Yo pondré el cerrojo de tú casa y les hablaré a tus nietos de ti. Madre si has de irte no lo hagas con los ojos abiertos. Cuando los cerré a papá la mitad de la mirada no la recuperé jamás. Si te vas a morir hazlo cubierta del frío, con los calcetines puestos, cuando el sol ya no alumbre que te lloro. Madre si te vas a morir hazlo durmiendo y perdóname está guerra secreta que no tendrá un final feliz.

2 comentarios:

  1. Kurdita me has conmovido. Quién dice que tu guerra no tendrá final feliz? Yo creo entera, firme y completamente que sí

    ResponderBorrar
  2. ...Tantas imagenes de tanta guerra sin sentido...
    ¿se pide perdon por la errancia y los relampagos de soledad?
    ...Por mas que he tratado nunca he podido pedir perdon a mi madre...
    Toc...Toc...Toc...
    Tanta puerta derrumbandose en silencio...

    ResponderBorrar