10.06.2007

Una parvada de buitre garantiza...

Una mujer pidiendo los restos de su hijo. La carne rosa de sus pezones como manto. La flor de un trozo de sus ojos. Blanco sobre blanco y rojo sobre rojo, como una leche virgen sobre la sangre de corderos y pescados. Alumbrar completamente las vísceras de camaleones cazados en la noche. Una lámpara humilde en la boca del lobo. Aprender a leer las manchas negras de las nubes en el cielo. Ir al río a ver si se levantaron los ahogados, si llega de pronto la sequía o debe usarse el fuego para hacer arder tantos cuerpos de madres. Estrellas de agua roja en que habla el mundo de mí padre, la forma en que la muerte teje verde y teje humo. La rara transformación de la sal en el estiércol, esa tiza tenue que esta de paso, que es mirada y comida de carnívoros.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario