10.13.2007

Ella hace un barco de papel con sus manos y no sabe que extraño el mar tragándose los barcos, el vértice negrido de las islas, la decadente noche de mi espalda y estos dedos torpes como bueyes, la otra magia que tienen todas las ciudades de las que he partido, las líneas de las manos que son invisibles ahora, que se ha acabado mi boca abierta en el abismo y he convertido al silencio en mi mejor manera de decir las cosas. Ella hace barquitos de papel a los que les pone mi nombre y una estrella que sirva de brújula, ella que se mete a pesar del cuerpo al filo de los acechadores y le pone a los navíos una luz final que tiene forma de labios con los que se hacen los besos, las tardes bajas que acaban por igualar el agua con la niebla. Ella sin saberlo de pronto hace un barco de papel con sus manos y todo lo transforma, la manera en que miro caer la lluvia sobre las casas y los cuerpos, y es como no haber tenido brillo antes, arremeter contra ese no poder cerrar los ojos y dejar de mirarla cuando hace que sueña y sólo esta mirando que algo ríe entre nosotros, ella casi desconocida, ella llena de otros, ella que no sabe del calambre que ha sido esta vida y este viaje, ella que cura y cura haciendo barquitos de papel para llevarme.

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