8.20.2007

La historia de los hijos de la ciudad es distinta a la de los pueblos chicos, y no es por las imágenes estruendosas que separan un mundo de otro o las avenidas de autos muy áridos o los negocios y los mercaditos.
No son los ojos que miran el sol caer en la montaña perdido entre los edificios o el mar tragarse las islas en la noche. Tampoco es por la capacidad de imaginarle piel venérea a los cabaret que serpentean a las orillas del suburbio o el ensueño libre de ese bar de pueblo cuya única luz es la música de piano envejecido y la rocola que toca cumbia a los borrachos.

Nada de eso es lo que cambia, es la misma tristeza, la misma. Lo que es distinta es la sonrisa cuando esta lloviendo.

6 comentarios:

  1. Yo lo llamo melancolía.
    La que oscila del verde al gris, para los hijos de la tierra o el asfalto.

    Qué bien amoldas las palabras a la expresión, así es fácil sumergirse en sensaciones catárticas.

    Me gusta.

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  2. Tristeza... Sonrisas.



    ...


    *



    Sin palabras las más de las veces.

    Soy como una flor marchita en las manos de un niño que la apretó con mucha fuerza...


    No sé si se pueda describir la tristeza... En este instante sólo sé como se siente.

    Bendiciones desde el alma.

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  3. Y yo, que últimamente andaba pensando que...
    'a veces, el viaje más largo es la distancia entre dos personas'.

    Pero no dejas de tener razón, y para nada es contradictorio con lo que acabo de leer. Las distancias son relativas, y no es lo mismo la física que la mental.

    Me encanta haberte descubierto.

    Qué bien por Clara. =)

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  4. Hola, yo tambien he sentido como hay cosas que nunca se acaban, como la tristeza o el amor no correspondido. Duran para siempre

    Linda sorpresa tambien
    Saludos

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  5. diferencias... ahora me pregunto si las ahi realmente. Me pregunto si existe algún lugar para mi.

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