Una vez quise escribir algo parecido a una flor y me salió la cólera. Una vez una señorita no se molestó ni en mirarme y menos quiso ser mi modelo para este desastre. La llevé cuando menos quería y menos lo pensaba hasta mí cuarto y le dije que cuando llovía cada gota ya tenía su hogar en esta casa. Entonces me dijo que en la ciudad sobraban los esqueletos y los alquimistas y que yo no era un perro con suerte más de una noche, ni con magia en la mirada y ninguna de esas cosas que hace fácil el amor hipnotizante o barato, que si seguía con mi sueño de orinarme en la terraza sobre todos esos idiotas, menos conseguiría algo de ella.
Sólo se me ocurrió ser sincero y decidí parecerme a un dios de palo que no tenía miedo de morderle la boca y deglutirla toda.... Cuando se fue al otro día con la sonrisa en los labios y el asco en la sombra, solamente pude decirle: Cuando nada valga la pena, vente conmigo, vente conmigo y resolvamos nuevamente tú soledad.
1999
Ah es un muy buen texto, demasiado bueno, tal vez le hizo bien el añejamiento.
ResponderBorrarSólo revisa algunos acentillos (dato auxiliar para que sepas quien soy)cuídate.
me ha agradado bastante. las gotas de lluvia me gustan cuando se estrellan en la ventana y veo como se escurren los cadaveres llevandose aquellas pocas que han logrado agarrarse integras a la ventana.
ResponderBorrarbesos
Me gustó tu blog, mucho. Creo que salí hasta inspirada.
ResponderBorrarVoy y vuelvo!
Sldos.
Cuando nada valga la pena.... Cuando nada valga la pena... Desde 1999... Cuando nada valga la pena...
ResponderBorrarMagia en la mirada? de sobra tienes magia en los bolsillos y en la testa y en los dedos te crece como enredadera. Yo estuve un tiempo anclada a la palabra deglutir. Suena muy fuerte.
ResponderBorrarAbrazos, kurda.