Corpus Can

2.27.2006

Pudiéramos ser felices, pero aquí no hay nadie, sólo la luz, la callecita oscura, la camisa abierta, los pájaros que cierran los párpados imaginariamente.

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A veces sé sobre el nacimiento de las cosas, lo que tiene que ver con la recuperación de la angustia. Los demás temas son para que otros se revuelquen. Yo me ocupo de perderme entre la gente y los parques viejos, yo no sé del éxito en términos falsarios, sé de los hospitales, de los perros que sé saben olvidados desde antes. No me interesa la hora sujeta el péndulo. Yo sé de debatir sobre el alma y el cascajo, de mujeres que siempre van de prisa, de ir a bailar como enamorados cuervos algo de Luis Bacalov. Yo sé de lo que es sentirse barato a mitad de la noche, como en una novela de gatos pardos .Lo que hay aquí es una vitrina de cadáveres exquisitos, un tipo barbado saliendo con desventaja al ruedo, una luz azul con su golpe de gracia